martes, 10 de julio de 2012

Pena de muerte. relato 1 parte 1.

Querido Diario

Hola, hoy voy ha dar varias explicaciones de porque odio la pena de muerte. La primera es la misma explicación que di y que entendía a los 5 años: ''Si un castigo sirve para aprender, ¿Como va a aprender algo alguien que ya esta muerto? ASÍ NUNCA SABRÁ QUE LO QUE HA HECHO ESTA MAL! NO APRENDERÁ!'' .. por muchos años que pasen, esta explicación me parece muy acertada. Y más para alguien de 5 años.
La segunda la daré en forma de relato improvisado... son las tantas y me apetece escribir.



''Me llamo Mr.Noboody, nací el 15 de enero de 1985 en Seattle,EE.UU. pero tal vez eso a vosotros no os interese. Tampoco os interesa saber cual es la causa por la cual yo, a mis 18 años, maté a una chica al salir de su casa. No importa el delito que cometí, ya ni lo recuerdo, llevo en esta prisión la mitad de mi vida.
Eso no me importa... maté a mi novia, es justo. Pero... ahora me arrastran a la sala que tantas tardes vi en las decenas de series policíacas, no necesito entrar para ver como es. Un sillón mirando a un cristal de seguridad con unos bancos.
Entra un señor de negro y me pide confesión..¿Otra vez? Ya la di hace 18 años. ''Si, yo la maté.'' así que trato de parecer educado y rechazo la petición del anciano cura. Al cabo de unos minutos viene a buscarme a mi celda y yo, que llevo dos noches sin parar de llorar y con ojeras a causa de la falta de sueño trato de oponer resistencia, pero no sirve de nada, yo estoy débil y ellos son fuertes y sanos. Esposado y a la fuerza me arrastran hasta una puerta blanca. No se lo que pone en la chapa, recuerda a un hospital, con sus insípidas letras negras sobre blanco.
Los dos hombres me hacen esperar unos minutos antes de pasar dentro.
Cuando veo el interior rompo a llorar. No es como en las series de televisión. Es mil veces peor. Hay aire acondicionado y huele a hospital caro... es todo muy blanco salvo el negro sillón de cuero negro. Parece extremadamente confortable. Cuando me tumbe en el, dormiré por fin.
No se muy bien lo que ha pasado, ni cuando, pero aquí estoy, tumbado en el sillón negro sin parar de llorar lágrimas secas... me escuece la cara por culpa de la sal. En mi habitación están un médico, con la bata impolutamente blanca, un hombre que debe de ser el encargado de hacer el trabajo, y un gorila de seguridad en la esquina. Muy quieto y recto, tratando de parecer una persona digna.
Mientras la primera inyección atraviesa mi piel el mundo se para. Estoy mirando de frente al cristal de seguridad. En los bancos está el cura, con ojos tristes, que me mira y trata de consolarme y unas cuantas personas que no había visto antes. De repente la veo. A ella. A la joven que maté a los 18 años. Hace 18 años. A mi novia. Está guapísima tras el cristal, trato de alcanzarla pero estoy inmóvil y no logro descifrar su mirada... ¿sonríe por venganza? o acaso, ¿lo hace por un cercano reencuentro? no, cero que está triste... ¿es mi muerte la que lamenta? ¿O es la suya? Todo es demasiado confuso.''

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