Mientras golpeo estas teclas me siento un artista dibujando el perfil de una mujer desnuda, entornado las curvilíneas caderas y dejando que las motas de polvo entren por la ventana abierta de una habitación de motel. La música de ascensor suena en los altavoces de estas cuatro paredes bien iluminadas, con olor a café y chocolate recién hecho. Últimamente no hago mas que compartir cama con auténticas desconocidas, fumo tabaco y meto la nariz en libros con las páginas impregnadas de tiempo y humedad, amarillentas y usadas. No es una mala vida pero al final estoy solo, escribo por que no hay un plan mejor, por no estar encerrado en mi piso dándole vueltas a la cabeza sobre mi existencia y mi día a día (del trabajo a casa y de casa al trabajo. Menuda cosa). Podría decirse que básicamente me aburro. Me aburro de todo, de mi, de ti, de la puta vida y las mujeres putas, de mi pelo, de la ciudad, de absolutamente todo. Tengo ganas de marcharme a Valencia. Muchas. Tal vez lo haga.
En fin, no me queda otra que publicar en un blog perdido de internet, solo por no estar solo, solo por hacer algo, sin la menos inspiración ni ganas de nada. Decidido:Me marcho a Valencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario