martes, 3 de mayo de 2016

UNO


Un polvo. Una caricia. Un beso. Suspendidos del minutero de un reloj, deseando poder parar el tiempo de aquel cuarto acristalado, el tictac se apresura entre nuestros dedos mezclándose con el vai-ven del viento en la cortina, bailando una mágica coreografía con las motas de polvo dorado. Que curioso que dos polos opuestos sean tan buenos en algo tan banal,tan instantáneos, tan etéreos estando juntos. El temblor del colchon bajo tus brazos, los tambores de excitación golpeando mis arterias, Joy Division sonando en una esquina, acunándonos como a dos niños que tratan de soñar con Castilla la Vieja y jinetes desquiciados, hablando de películas, discos y viajes, prometiéndonos Valencia en una caja lacada, prometiéndonos fronteras y versos tras los muros de Pink Floyd, prometiendo que seriamos verbo en el ronroneo de las olas. Y yo...yo como un imbécil acurrucado en tu ombligo, viendo pasar el tiempo sentado en tus comisuras, o dando vueltas y mas vueltas al rededor de tu tatuaje mientras trato de escalar a lo mas alto de tus pechos, a esas esferas perfectamente suaves, rematadas por esa cima cálida, rosada y suave. El ladrido de un perro me saca de golpe de mis pensamientos, donde sin quererlo me había quedado enredado. Tus palabras han tejido con premeditación una trampa perfecta, una tela de araña con seda de avispa. Me he vuelto un adicto completo a fumarme la nicotina de tus braguitas de encaje azul , a esnifarme tu olor a playa y sal de roca, y a beberme hasta la ultima gota de piel que me puedas ofrecer...y todo esto lo has conseguido con eso: con un simple beso y una caricia. Con un único polvo.
Felicidades costurera de esperanzas, aquí me tienes, dispuesto a darte mi corazón a cachos y mi ilusión a litros. Ya esta, lo conseguiste, artista del despiste, coleccionista de nombres en la agenda telefónica y carterista de almas en pena. Ya esta, soy otro espíritu más que añadir a tu lista de conquistas noctámbulas, ya puedes pasar página y olvidarme. Siéntete libre de tachar mi dirección de las cuentas pendientes, me has dejado en números rojos y con la Nada durmiendo olvidada en mi cama. Entre mis manos se han escapado mil mujeres pero se que en este cuarto, azul-zián, la más fiel de mis amantes siempre me acompaña...quizá tu la conozcas, fuiste tu la que me la presentaste aquella tarde en la que nos conocimos, era tu sombra y y tu dueña, tu luz y tu guía, se llamaba Soledad.







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Fotografía: Lee Miller.
Es una de las mujeres que más admiro tanto artísticamente como por su trayectoria: Periodista, modelo, fotógrafa surrealista y publicista brilla por ser una gran olvidada a la sombra de Man Ray.

martes, 12 de abril de 2016

Ratas.

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   Éramos dos ratas en una ciudad infecta, vagabundeando de alcantarilla en alcantarilla, escapando de cada farola que iluminaba los adoquines empapados por la lluvia. Éramos raros animales en peligro de extinción, asustados, viviendo toda prisa, escapando, corriendo cada cual nuestros propios fantasmas del pasado, tratando de rozar con la yema de los dedos un futuro mejor, aunque sabíamos que era inalcanzable. La cloaca era nuestro hogar y nuestro somier agua podrida, eso era inalterable.

 Jugábamos a ser amantes, a besarnos, a escondernos bajo miserables portales de la tormenta que el cielo descargaba sobre nuestras cabezas, cabezas llenas de piojos e ideales baratos que no nos llevarían a nada. Quemando diarios para buscar calor con el que calentarnos las manos, quitándonos las pulgas el uno al otro. Tú y yo éramos alimañas cubiertas por polvo y ponzoña, la mugre de la calle se nos había quedado pegada a la piel y nos había calado hasta los huesos. Por desgracia éramos ya parte inseparable del paisaje gris de esa descomunal metrópolis contaminada, tóxica, radiactiva y falta de humanidad...allí habíamos nacido, y allí moriríamos devorados por viscosos gusanos y crujientes cucarachas.
 Bajo nuestra uñas la suciedad era visible, una masa negra y repulsiva, olíamos a cadáver, pus y excrementos. Estábamos casi tan podridos por fuera como por adentro, dábamos auténtico noxo. Y si alguien los veía caminar se cambiaba rápidamente de acera tratando deevitarnos, acechábamos los contenedores de basura en busca de algo que llevarnos a nuestras bocas, llenas de caries y con el mismo aliento que tiene muerto tras días expuesto al sol.
 Las legañas no los dejaban ver mas allá de nuestra nariz, en nuestro cerebro zumbaban palabras de libertad y revolución, que caerían por su propio peso hasta el vacío más absoluto, en la negrura más solitaria, olvidadas. Nuestros puños en alto, los gritos de júbilo y excitación adolescente quedaron ensordeciodos por el vai-ven de los camiones en la carretera. Teníamos las ojeras carcomidas de juventud y la necrosis acunada en nuestros rostros de escoria y desaliento.
 Éramos alimañas, ratas de ciudad y alcantarilla jugando a ser parte de la historia, jugando a querernos a nosotros mismos, entre nosotros y a nuestra causa. Sobre todo jugábamos a eso: a creernos nuestra causa. 

martes, 29 de marzo de 2016

Atentamente: A la desconocida de mi cama

Permaneces desnuda junto a mi, no se tu nombre ni tus apellidos, no se tu edad ni el color de tus ojos, desconozco donde vives o siquiera si tienes casa, no me has dicho si tienes unos padres o un hermano que te aguarden para cenar, no tengo certeza de si tienes pareja, de si desayunas café, o de si alguna vez has visto la nieve... pero permaneces a mi vera, respirando algo entrecortadamente mientras tu pecho sube y baja pacíficamente, ajeno a toda la actividad tintineante que hay en estos instantes en mi cabeza, ajena por completo a que te observo y estudio extrañado tu pálida piel. Estas perdida entre mis sabanas azul-zián, con los parpados cerrados y el maquillaje corrido (supongo que es un intento de parecer mayor), susurras a veces algo inteligible entre sueños, tu rostro no tiene nada de particular, de medio lado, dándome la espalda...y sin embargo estas aquí, en mi cama, en mi habitación, mientras la lluvia golpea los cristales monotonamente y la sirena de una ambulancia desgarra el silencio de la noche.Apenas hace unas horas que te estreche la mano por primera vez en un garito del centro, nos presentaron y me dijeron tu nombre pero no lo recuerdo, perdona, soy un desastre para estas cosas y la verdad, tampoco me interesaba demasiado recordarlo, lo mas probable es que no volvamos a vernos y si lo hacemos fingiremos ser los perfectos desconocidos que somos. Suena extraño ¿no crees?, el nuestro ha sido un amor con Sabina de fondo y el tictac del reloj marcando los tempos, un amor efímero entre cigarro y cigarro casi una cajetilla por cabeza, con las bocas pastosas y las caricias intimas, lentas, suaves, sin prisa, tanteando el terreno sobre el que dar el siguiente paso. Pasos que ya han acabado.Casi puedo palpar el aire cálido que entra por tus pulmones, saborear otra vez el intenso aroma a tabaco de  tus labios y tocar con mis dedos tus orgasmos prematuros, hasta que la adrenalina y el agotamiento vuelvan a dejarte completamente esauxta, con las piernas temblorosas y la mirada nublada vuelta hacia el techo blanco...y todo lo demás es lo de menos. Lo demás son los detalles que permanecerán eternos e imborrables, que serán verbo y que jamás desaparecerán, pues han quedado a fuego grabados para siempre entre estas líneas.
Se de sobra que esta no ha sido mas que una anécdota más que apuntar en tu calendario de adviento un trocito de dulce chocolate negro...pero reconocerás que ha sido una anécdota divertida. Pequeña desconocida azulada, tengo que decirte que va a ser imposible que no me lleve a la tumba la memoria de tus rodillas llenas de heridas y moratones, enrojecidas y amoratadas por el frío. Permanecerá en mi recuerdo el olor a nicotina de tus bragas violetas, la marca que las arrugas de mis sábanas han dejado en tu hombro, y tu extraña manera de pronunciar la 'erre'... y sin embargo permaneces desnuda junto a mi, no se tu nombre ni tus apellidos, no se tu edad ni el color de tus ojos, desconozco donde vives o siquiera si tienes casa, no me has dicho si tienes unos padres o un hermano que te aguarden para cenar, no tengo certeza de si tienes pareja, de si desayunas café, o de si alguna vez has visto la nieve...¿no es un poco extraño? No se que voz tendrás al despertar, ni si recordarás algo de lo que pasó anoche mientras nos besábamos en cada farola, en cada estación de Metro, en cada rincón, hasta abrir (torpes, borrachos y encendidos) la puerta de mi piso. Así pues he decidido escribirte esta carta, para no sentirme solo y ajeno a tu pelo negro.

Atentamente: A la desconocida de mi cama.

lunes, 28 de marzo de 2016

Mierda con tomate.

Estoy sentado en na cafetería del centro sin saber bien que escribir. Llevo ya un par de cervezas encima y mis dedos se deslizan por el teclado a la par que fluyen mis pensamientos, empastados y lentos (torpes, a causa del alcohol...tal vez sean más de dos las cañas que he tomado). No se muy bien que me ha impulsado a coger el portátil y salir de casa pero aquí estoy, solo y asustado. Ya no  soy el niño que escribía sobre pieles doloridas ni cuchillas afiladas, ahora esas cuchillas son mi marcapáginas particular y la soledad es distinta... el amor es una mierda, pero una vez que lo has experimentado lo echas de menos. Tantos años juntos se convirtieron en una forma de vida, pero casi me llevas al sucio suicidio pequeña, y eso no voy a volver a consentirlo. Ahora te has convertido en poeta, has invadido mi espacio y mi vida, te encuentro en recitales de poesía y en garitos de rock, te encuentro en el centro y en las afueras, en cada vestido y en cada desconocida... y es una mierda porque te odio. No aguanto tu voz de pito ni tus bromas recicladas del cubo de la basura. 
Mientras golpeo estas teclas me siento un artista dibujando el perfil de una mujer desnuda, entornado las curvilíneas caderas y dejando que las motas de polvo entren por la ventana abierta de una habitación de motel. La música de ascensor suena en los altavoces de estas cuatro paredes bien iluminadas, con olor a café y chocolate recién hecho.  Últimamente no hago mas que compartir cama con auténticas desconocidas, fumo tabaco y meto la nariz en libros con las páginas impregnadas de tiempo y humedad, amarillentas y usadas. No es una mala vida pero al final estoy solo, escribo por que no hay un plan mejor, por no estar encerrado en mi piso dándole vueltas a la cabeza sobre mi existencia y mi día a día (del trabajo a casa y de casa al trabajo. Menuda cosa). Podría decirse que básicamente me aburro. Me aburro de todo, de mi, de ti, de la puta vida y las mujeres putas, de mi pelo, de la ciudad, de absolutamente todo. Tengo ganas de marcharme a Valencia. Muchas. Tal vez lo haga.
En fin, no me queda otra que publicar en un blog perdido de internet, solo por no estar solo, solo por hacer algo, sin la menos inspiración ni ganas de nada. Decidido:Me marcho a Valencia. 

miércoles, 1 de abril de 2015

No volveré a ser luz (Poema/Canción)

Hola Do.... Bien, aquí te traigo otro de mis poemillas improvisados.
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No volveré a ser luz
soy clavo en una cruz
metal rojo oxidado
en un mundo hechizado.

Madera de ataúd,
la suerte del tahúr
estaca en el olvido:
Soy piedra en el camino.

Recuerdo verde y gris
de noches en París,
herida en la rodilla
o sangre de polilla.

Soy, el cuerpo del vacío
el comienzo del hastío,
metal rojo oxidado
soy clavo en una cruz
en un mundo hechizado...

...no, no volveré a ser luz.


Vigo, 13/3/15.